La cannabis sátiva: es una planta que puede llegar a
medir unos seis metros de altura en las condiciones más favorables; es un
vegetal dióico, es decir, que tiene plantas macho y hembra que crecen por
separado. En ambientes húmedos segrega una gran cantidad de resina, que las
hace pegajosas al tacto, por lo que se dice que puede ser un mecanismo de
defensa frente a la humedad ambiental.
En función de la parte consumida y su forma de
elaboración, podemos clasificar los derivados del cannabis en tres grupos que
son:
- Marihuana: preparado con hojas secas y flores, que contiene entre 6 y 14% de THC (en ocasiones puede superar este porcentaje).
- Hachís: preparado de resina segregada por la planta de cannabis o hirviendo esta planta. Las tonalidades que presenta pueden variar dependiendo del origen de la planta (verde oscuro tirando a marrón en Marruecos, negro del Líbano y Medio Oriente, y negro como brea en Nepal). Contiene entre un 15 y un 30% de THC, dependiendo de la variedad.
- Aceite de hachís: preparado mediante la destilación de la planta en disolventes orgánicos. Dependiendo de la técnica y de los aparatos empleados en la destilación puede llegar a alcanzar un 65% de contenido de THC.
Los cannabinoides son sustancias que suelen tener una
estructura carbocíclica con 21 carbonos y están formados generalmente por tres
anillos, ciclohexeno, tetrahidropirano y benceno; la mayor parte de estos
componentes se encuentra en las flores, de la planta hembra, las hojas y los
tallos presentan menos cantidad. Los principales cannabinoides son 9-tetrahidrocannabinol
(9-THC o THC), 8-tetrahidrocannabinol (8-THC),
cannabidiol (CBD) y cannabinol (CBN). Otros cannabinoides presentes en la
planta son el cannabicromeno (CBC), cannabiciclol (CBL), cannabigerol (CBG), monometileter
del cannabigerol (CBGM), cannabielsoina (CBE), cannabinodiol (CBND),
cannabitriol (CBT), dehidrocannabifurano y cannabicitrano, que aparecen en
cantidades diferentes según la variedad de cannabis sativa valorada.
El 9-THC es el cannabinoide con mayor
potencia psicoactiva. Presenta propiedades hidrofóbicas por lo que es muy
soluble en lípidos. La proporción absorbida por vía pulmonar depende de
numerosos factores, entre los que destacamos: la velocidad con que se fuma, la
profundidad y el volumen de la inhalación y el tiempo que la persona retiene la
espiración después de inhalar.
Las manifestaciones clínicas producidas por una
intoxicación aguda por Cannabis son muy variables entre personas y dependen de
la dosis, del contenido de THC, de la proporción THC/CBD, de la forma de
administración, así como la personalidad, las expectativas y experiencias
previa del sujeto y también del contexto en que se consume
- Efectos psíquicos: acción euforizante, con tendencia a la risa fácil, alteración del sentido del tiempo o la secuencia de los acontecimientos, puede aparecer despersonalización, fuga de ideas, y alteraciones de la memoria, aumenta la percepción de colores y de sonidos. A dosis más elevadas puede aparecer estado de pánico, alucinaciones y psicosis de tipo paranoide o esquizofrénico (psicosis por consumo).
A esta fase euforizante, casi siempre le sucede otra
depresiva con aumento del sueño.
- Efectos físicos: tos seca, taquicardia, irritación conjuntiva, y un ligero aumento de la presión arterial. Si la dosis es elevada se produce el efecto contrario. También puede aparecer sequedad de boca, presión ocular, desorientación e incapacidad para la concentración.
Se han descrito usos terapéuticos para los
canabinoides en patologías específicas, tales como el Parkinson, esclerosis múltiple,
epilepsia, enfermedad de Huntington y manejo del dolor.
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